sábado, 17 de marzo de 2012

Enamorarse surte el mismo efecto que una droga

Hace unos años, la investigadora Lucy Brown, catedrática de neurociencia del Colegio de Medicina Albert Einstein de Nueva York, utilizó imágenes de resonancia magnética para estudiar el cerebro de 17 jóvenes que decían estar “recién y locamente enamorados”. Observó que mirar la foto de la persona amada activaba tanto las neuronas del núcleo caudado como las del tegmento ventral, dos áreas cerebrales vinculadas al placer. Y comprobó que ambas áreas se inundaban de la hormona dopamina en el cerebro enamorado.

El resultado: una sensación muy similar al “subidón” que causan las drogas. Que, además, ayuda a que los enamorados se sienten cargados de energía, mucho más motivados y dispuestos a asumir riesgos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario